Monasterio de la Piedad.

Casalarreina.

 

 

 

Espagna.

 

Presentación.
Prologo.
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Apéndice.
Indice.

Rufino Gil de Zuñiga.

 

 

 

Capítulo II.

 

DON JUAN FERNANDEZ DE  VELASCO,

OBISPO Y FUNDADOR

 

 

PROGENITOBES DE LOS FUNDADORES

 

DE NAHARRURI A LA CASA DE LA REINA

 

 

 

 

La llegada del siglo XV nos obliga a prestarle un interés especial, debido a que en la segunda mitad de los aflos mil cuatrocientos tiene lugar el nacimiento de los dos FUNDADORES del Monasterio de Ntra. Sra. de la Piedad: Don Juan Fernández de Velasco y Doña Isabel Alonso de Guzmán y Fernárídez de Velasco, su sobrina.

 

Portada de la Iglesia.

Estos hechos nos conducen lógicamente a esbozar de forma esquemática las líneas genealógicas de sus al menos antecesores imnediatos, tanto de los Velasco, como de los Guzmán.

 

Don Juan Fernández de Velasco, nuestro Fundador, nacido en 1465, es hijo del primer Condestable de Castilla y II Conde de Haro, Don Pedro Fernández de Velasco. Es el tercero de los hijos varones, después del primogénito Don Bernardino y de Don liligo, el segundo. Una de sus cuatro hermanas es Doña Isabel, que más tarde contraerá matrimonio con Don Juan Alonso de Guzmán, Duque de Medina Sidonia, de los cuales nacerá nuestra fundadora.

 

Doña Mencía de Mendoza, hija del Marqués de Santillana y esposa del Condestable Don Pedro, había fundado en Briviesca el Hospital de Ntra. Sra. del Rosario y reedificado el Monasterio de Santa Clara en esta ciudad. Los Velasco han sido grandes de*votos y patrocinadores de la Orden de San Francisco, especialmente de la rama femenina de las Clarisas. 

 

El abuelo paterno, Don Juan, también llamado Don Pedro Fernández de Velasco, primer Conde de Haro, pasó los últimos años de su prolongada vida en el Monasterio de Santa Clara por él fundado en Medina de Pomar, donde murió a los 90 años. Los cronistas de su época le calificaron de «el más honrado, el más cristiano y el mejor caballero de todas las Españas».

 

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Siendo Camarero Mayor, uno de los más altos cargos en la Corte, Don Juan II de Castilla le hace donación de las villas de Haro y Belorado, nombrándole primer Conde de Haro.

 

El condestable Don Pedro hizo construir en vida en el interior de la Catedral de Burgos, la majestuosa Capilla de los Condestables donde yacen sus restos y los de su esposa Doña Mencía en un soberbio mausoleo de mármol blanco. Muere en 1492 a los 77 años.

 

Le sigue en sucesión Don Berriardino Ferriández de Velasco, II Condestable, I Duque de Frías y 111 Conde de Haro, pero muere sin sucesión de varón en 1512, por cuyo motivo le sucede su hermano Don Ifligo Fernández de Velasco, 111 Condestable de Castilla, IV Conde de Haro y 11 Duque de Frías.

 

Estarnos ya por consiguiente ante los protagonistas de la historia del Monasterio de la Piedad en la genealogía de los Velascos: Don Iftigo, hermano de Don Juan, nuestro Fundador y Doña Isabel, igualmente hermana de ambos, pero además, madre de nuestra Fundadora, Doña Isabel Alonso de Guzmán y Femández de Velasco.

 

Los Guznián son necesariamente oriundos de la villa de Guzmán, próxima a Roa y a Aranda de Duero. Ya en el siglo XII existe el Señorío de la Torre de Guzmán. El más insigne de sus antecesores es sin duda Santo Domingo de Guzmán, nacido en Caleruega en 1170 y fallecido en el año del Señor de 1221 en Bolonia, Fundador de la Orden de Predicadores.

 

Los Guznián se asientan en Andalucía a lo largo de la Edad Media y es en San Lucar de Barrarneda donde a finales del siglo XV, en 1464, nace el III Duque de Medina Sidonia, Don Juan Alonso de Guznián, quien contrae matrimonio con Doña Isabel de Velasco y donde asimismo ve la primera luz su cuarta hija Doña Isabel Alonso de Guznián y Ferriández de Velasco, nuestra FUNDADORA, Sor María de la Piedad.  

 

Al parecer, Doña Isabel Fernández de Velasco, esposa de Don Juan, muere hacia 1490. Llego a esta deducción basado en el hecho de que Don Juan se casa en segundas nupcias con Doña Leonor de Zúfliga, de cuyo nuevo matrimonio tienen otros cuatro hijos, muriendo en 1500.

 

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En mi opinión, nuestra FUNDADORA debe nacer muy próxima al 1490 y además probablemente apenas llega a conocer a su madre que muere sin duda antes de sus 30 años. El padre de la FUNDADORA, Don Juan Alonso de Guzmán, fallece a los 36 aflos en 1500. Le sucede su hijo primogénito Don Enrique Alonso de Guzmán, IV Duque de Medina Sidonia, hermano por consiguiente de nuestra FUNDADORA.

 

Tenemos centrados en consecuencias los progenitores y allegados de la FUNDADORA: Don Juan y Doña Isabel, sus padres y su hermano Don Enrique.

 

Hecha ya la presentación histórica de algunos de los protagonistas, nos encontramos en el umbral de¡ siglo XVI en el lugar, hoy Casalarreina, que de aquí en adelante constituirá de forma casi exclusiva el escenario histórico de los hechos que conforman la vida del Monasterio de Ntra. Sra. de la Piedad. Se está operando en aquellos primeros años del siglo XVI la transformación del hasta entonces su primitivo nombre «Naharruri» en el moderno «Casa de la Reyna» hoy evolucionado en Casalarreina.

 

Se hace obligado anticipar que no han dado el fruto perseguido, respecto al cambio de nombre, las investigaciones realizadas, ni en los Archivos de la Biblioteca Nacional, de la Cancillería de Valladolid, de Simancas, de la Casa Ducal de Frías, de la Parroquia de San Martín, ni en los de nuestro Monasterio de la Piedad.

 

Sin embargo, en el encabezamiento del primer Libro parroquial de Baptizados de San Martín, se escribe en 1509:

 

«... Logar de la Cassa de la Reyna Ysabel la Católica ... » En diversas anotaciones de las primeras partidas baudsmales se emplean expresiones similares a «en el Logar de Naharruri, ques llamado de la Cassa de la Reyna...» en el Logar de la Cassa de la Reyna que se puso a cuatro días del de octubre del año de mill e quinientos treze ... » o solamente « ... en este logar de Naharruri ... ».

 

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Es evidente, en consecuencia, que durante la primera década del recién estrenado siglo XVI se opera el cambio de nombre de la actual Casalarreina. Carecemos sin embargo de documento alguno a este respecto en forma de «Carta de Nombramiento» firmado o extendido por la autoridad única, entonces vigente, el Condestable de Castilla Don Bernardino, Conde y Señor de Haro y, naturalmente, del «Logar de la Cassa de la Reyna».  

 

A mi juicio el cambio de nombre tuvo lugar de un modo natural y espontáneo, por iniciativa de sus entonces escasos habitantes, como consecuencia de la reciente construcción del Palacio de los Condestables, obra de Don Bemardino Fernández de Velasco, hermano de. nuestro FUNDADOR, Don Juan. 

 

En un poblado, compuesto en 1507, por nueve casas, tuvo necesariamente que destacar de forma extraordinaria el fastuoso Palacio del Condestable. Es natural, igualmente, que el Palacio, recién construido en la primera década del siglo XVI fuera escenario de fiestas, celebraciones, recepciones y estancias de nobles y sin duda de hasta regios personajes.

 

Si bien la historia no nos ha dejado noticia alguna segura de haber sido visitado por la Reina Católica, parece cierta,,por el contrario, la estancia en el Palacio del Condestable de Doña Juana la Loca, hija de los Reyes Católicos, con la mira de ver si la quietud del lugar y la pura atmósfera de su clima eran capaces de remediar los desvaríos de la infortunada Dofta Juana. 

 

Todavía a principios de este siglo XX, en 1906, Don Mariano Sáenz de Cenzano, entonces propietario del Palacio, afirmaba que se conservaba intacta una habitación en la que había vivido Doña Juana.

 

En el Apeo o amojonamiento efectuado en 1507 de las heredades de la Casa de la Reyna, autorizado por el Escribano de Haro, Nicolás de Haro, se afirma:

 

« ... que el Logar de la Casa de la Reyna es aldea y jurisdizión de la Villa de Haro de la cual era Alcalde Ordinario, Sancho Fernández de Villapaftino... que tenía 80 heredades de pan llevar que hazían 459 fanegas y media de sembradura, 4 eras, 7 huertas y 9 casas... que había un camino real de Casa de la Reyna a Tirgo ... » y se menciona también el Palacio del Condestable.

 

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Es fácil imaginar las razones que movieron a Don Bernardino Fernández de Velasco, Condestable de Castilla, Conde de Haro, Duque de Frías, etc., para poner sus ojos en Naharruri y construir en aquel pequeflo poblado su majestuoso Palacio de campo, de fachada corintia de ocho magníficas columnas, digno de ser una mansión real.  

 

La transparencia de su cielo, habitualmente azul, las límpidas y claras aguas de sus arroyos y sobre todo de su abundoso Río Oja, entonces también llamado Glera, las espesas frondas de sus verdes sotos, poblados de salces y alisos en ambas riberas y la quietud y sosiego del entorno, contribuyeron sin duda a establecer aquí lo que su hermano Don Iftigo calificará, aflos después, de «logar cobdiciadero para un home cansado».

   

 

DON JUAN, OBISPO.

 

Hecha la presentación, tanto de los personajes como del'escenario de su actuación, voy a iniciar en primer lugar a lo largo de las siguientes páginas el relato pormenorizado sobre la vida activa de nuestro Obispo FUNDADOR, Don Juan Fernández de Velasco. Es necesario, sin embargo, adelantar la gran escasez de datos biográficos personales en cada una de sus Sedes Obispales.

 

La breve historia de su vida, que nos es conocida, nos presenta a Don Juan al frente del Obispado de Cartagena y cuatro aflos después, en 1508, le encontrarnos en la Sede del Obispado de Calahorra, también entonces conocido por La Calzada, merced a la Bula del Pontífice Julio II.

 

El sentido de. mi experiencia en estos casos de parquedad de datos, me hizo establecer contacto telefónico con el Instituto Gonzalo de Berceo y adquirí, contra reembolso, el Indice actualizado de sus publicaciones, donde lamentablemente no hallé nada de interés relacionado con mi búsqueda. Me puse en contacto, también telefónico, con el Archivo del Obispado y solicité alguna información respecto a si disponían de documentación escrita sobre el Monasterio de la Piedad o sobre el Obispo Don Juan, documentación que pudiera ser comprada, naturalmente, pero desistí de mi propósito ante la insistencia a que visitara personalmente el Archivo pero sin garantía alguna de encontrar lo que yo buscaba.  

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La burocracia nunca fue pródiga en facilitar el trabajo de investigación, pero sí la bondad de nuestro Obispo Don Juan que, seguramente, desde su Sede actual en el Cielo ha sabido ser indulgente con mi comunicante.

 

A partir de la toma de posesión de la Sede espiscopal en la Rioja, los cronistas de su época nos han legado la referencia de que la mayor parte de los ocho aflos de su Obispado en Calahorra y La Calzada, Don Juan los pasa en el Logar de la Casa de la Reyna, es decir, en el Palacio de sus hermanos, Bernardino, que fallece en 1512, y de Iñigo, su sucesor, hasta su nombramiento de Prelado en la Diócesis de Palencia seis aflos más tarde, 1516.

 

    A pesar de la parquedad de datos biográficos de que díspo­ nemos sobre el  FUNDADOR es fácil imaginar y recomponer sus pasos y tomas de decisión, una vez que vuelve a encontrarse en sus casas de Haro y Naharruri o de la Casa de la Re yna con sus familiares y amistades.

 

Probablemente la contemplación y el disfrute del Palacio que su hermano Bernardino, el Condestable de Castílla,~está acabando de construir en Naharruri cuando él llega a la Sede Episcopal de la Rieja, le impulsan a concebir la idea de la construcción de un gran Monasterio que,,a través de Monjas de clausura, sin determinación entonces todavía de Orden Religiosa, constituya la exaltación permanente del acto trascendente del abrazo de María con el cuerpo crucificado de su Hijo Jesús, que acaba de ser desclavado de su Cruz, la Piedad.

 

El hecho de que el Papa Julio II extienda en 1509 una Bula pontificia por la que autoriza a Don Juan a otorgar Testamento y disponer de sus bienes para emplearlos en la construcción de un Monasterio, significa su decisión de realizar este piadoso proyecto, tan pronto como vuelve a respirar la límpida atmósfera de la Casa de la Reyna.

 

Aunque desconocemos actualmente el texto completo del documento pontificio, sabemos que iniciaba con las palabras:

 

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11-I-1509

 

«Julius Episcopus, Servus servorum De¡, Benerabili Fratri Juanni Episcopo Calagurritani et Calceatensi ... »

 

18-XI-1511

 

Nuestro Obispo Don Juan Fernández de Velasco surge nuevamente para la historia con ocasión de realizar una de sus funciones apostólicas visitando la Parroquia de San Martín: «... a diez y ocho del mes de setiembre y aflo de mill e quinientos y honze años... el miii Magnífico Señor D. Juan de Velasco, Obispo de Calahorra e de la Calzada, visitó la iglesia de dicho logar de la Casa de la Reyna ... ».  

 

 

1-VI-1511  

 

El reducido número de vecinos, que constituían el poblado de la Casa de la Reyna a primeros del siglo XVI está reflejado en el Padrón que tuvo lugar con el fin de distribuir ciertas pechas o impuestos del Concejo de Haro entre todos sus vecinos, incluidos los pobres de solemnidad y los de las aldeas de su jurisdicción como Casa de la Reyna con cinco pecheros o vecinos. Por establecer una comparación de la situación de entonces, aflado que Oreca, barrio actual de Anguciana, tenía 6 pecheros y Anguciana, 12 vecinos.

 

 

25-II-1512

 

El Condestable de Castilla y Conde de Haro, Don Bernardino Fernández de Velasco, lleva ya 20 aflos al frente de sus ocupaciones políticas pero inesperadamente, en 1512, la muerte le sorprende de modo repentino en Burgos sin dejar varón que le suceda. Se hace cargo de forma automática, en Febrero del mismo año, de la responsabilidad de asumir la autoridad de la Casa de los Velasco su hermano segundo Don Iñigo Fernández de Velasco, ante la Cámara del Consejo del Ayuntamiento de su Villa Condal de Haro.

 

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Don Ifligo, hermano de nuestro Obispo Don Juan Fernández de Velasco, ostenta al igual que su antecesor Don Bernardino, los títulos y honores siguientes: IV Conde de Haro, 111 Condestable de Castilla, Capitán General de las Españas, Justicia Mayor de Castilla la Vieja, Camarero Mayor del Emperador Carlos V, Virrey de estos Reinos con el Almirante de Casfilla y el Cardenal de Tortosa, etc:...

 

El espacio de tiempo transcurrido desde la llegada de Don Juan a la Rioja como autoridad máxima directa entre el pueblo cristiano, abarca las dificultades que ha debido superar hasta llegar al momento de firmar la Escritura de Compra, en 1513, del terreno necesario para la edificación o fábrica, como en aquella época se denomina, del Monasterio proyectado en la Casa de la Reyna, dedicado a la Virgen en su advocación de Ntra. Sra. de la Piedad.

 

No es difícil suponer las complejas circunstancias 'que tuvo necesidad de obviar nuestro Obispo para contactar con el gran Maestro entallador y tracista Felipe de Vigarny, oriundo de Borgoina, por cuya razón es también conocido como el Burguiñón, con el imaginero palentino Juan de Valmaseda, con el igualmente entallador Juan de Cabreros, con el tallista Cristóbal de Forcia, el cantero Juan de Ribero, el montaftés García Gil de Ramales, el tracista Juan de Rasines así como con otros muchos maestros.

 

Los críticos contemporáneos están de acuerdo en admitir la participación cierta en algunos casos y probable en otros de todos estos maestros en el proyecto y su realización del Monasterio de La Piedad de la Casa de la Reyna. Por aquellas fechas encontramos documentada su presencia y participación en trabajos para la Catedral de Santo Domingo de La Calzada, la Capilla Mayor de Santo Tomás de Haro, la Iglesia Parroquial de nuestra Villa, la Puerta plateresca de la Pellejería en la Catedral de Burgos y en el Monasterio de La Piedad.

 

Se acepta hoy como indudable la participación del Burguifión en el entallado, al menos, de los rostros y manos de las figuras del Pórtico de entrada a la Iglesia del Monasterio.

 

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COMPRA DEL TERRENO PARA EL MONASTERIO.

 

29-VI-1513

 

«En veintinueve de junio de mil quinientos trece por testimonio de Martín de Vitoria, Escribano de la Villa de Haro, compró el Ilmo. Señor Don Juan de Velasco, Obispo de Calahorra al Conzejo de dicha Villa, habiendo precedido la licencia de su Señor el Señor Dri. Ifligo Fernández de Velasco, Condestable de Castilla, 17 fanegas de tierra en el Logar de la Casa de la Reyna, aldea y jurisdicción de la expresada de Haro, en prezio de doze mil maravedís en que fueron tasadas por el Licenciado Sancho Rarnires de la Basado, cura de dicho lugar y por Juan Arroyuelo, vecino de la de Haro, para fundar un convento Monasterio ... ».

   

6-VI-1514

 

Los cinco años transcurridos desde el nombramiento del Obispo Don Juan en 1508 como titular de Calahorra y La Calzada son un período obligado y prudente en conseguir la colaboración de los Maestros antes citados, establecer plazos y precios de la ejecución de las obras y llegar al feliz día 6 de junio de 1514, fecha de la inauguración de las obras y colocación de la primera piedra, bendecida precisamente por sus propias manos.

 

Es tradicional la creencia, avalada más tarde en varios documentos del Archivo del Monasterio de la Piedad, que la primera piedra se halla colocada en el lugar que hoy ocupa el Altar Mayor.

 

El Obispo Don Juan despliega entre tanto otra actividad complementaria a la construcción del Monasterio. Se trata de la compra y perinuta, cuando es necesario, de tierras, bienes lindantes con las 17 fanegas primeras, sobre las cuales está haciendo construir el Monasterio, bien en lugares alejados pero siempre con el ánimo de consolidar el patrimonio de la futura Comunidad de Religiosas.

 

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El Archivo actual del Monasterio dispone de numerosas Escrituras originales de Compra de difícil lectura para cuya interpretación se hacen necesarias grandes dosis de dedicación y experiencia. A través de estas Cartas de compra sabemos, por ejemplo, que «Don Juan da en censo a Hernando Moneo, vezino de la Casa de la Reyna, unas casas e corral sitas en el dicho Logar e otras piezas de sembradura... que hacen un total de 28 heredades...

 

Existen varias otras Escrituras, o como entonces se decía Cartas de Compra, pero en aras de la brevedad me limito a copiar seguidamente un detalle del texto de la compra que en nombre de Don Juan hace su Escribano Antonio de Xaque o Jaque. El terreno que se compra en esta Escritura corresponde a las tierras que hoy componen la Huerta, la actual Campa y el suelo donde luego se edificó la Casa Colegio. En consideración a esta circunstancia, copio algunos extractos del docuniento:

   

10-XI-1514

 

«A todos sea notorio y manifiesto cómo Yo Antonio de Xaque, Arcediano de Vizcaya e Camarero del Mui Ilustre Señor Don Juan de Velasco, Obispo de Palencia e Conde de Pernía, mi Señor, otorgo e conosco que hago perinutación e cambio a Vos Juan de Sagasta y Antonio de Sagasta, su hermano, veinte y seis fanegas e onze celemines de trigo que Yo compré para el Obispo mi Señor e con sus dineros... e doy Vos en dineros contados zinquenta Reales de la moneda que agora corre porque Vos permuteis e deis al Obispo mi Señor, veinte fanegas de sembradura de pan llevar, las onze de trigo y las nueve de zebada y dos Capones... e porque traspaseis e deis a su Señoría seis fanegas e onze celemines que habeis e teneis a surco de un Molino que tiene su Señoría, significa que Don Juan lo había comprado ya, en dicho Logar de la Casa de la Reyna que atafle al Monasterio que su Señoría hace de nuebo... por primera vez e de nueba planta... e trocamos e traspasamos a su Illustre Señoría de el Señor Don Juan de Velasco, Obispo de Palencia e Conde de Pernía, las dichas veinte y seis fanegas e onze celemines e los damos por juro de heredad a su Señoría... e jurarnos a Dios e a esta vera Cruz t Nos e cada uno de Nos pusíendo nuestras manos sobre ella... e otorgarnos esta Carta de Troque e Cambio ante Martín de Vitoria, escribano de la Reyna, nuestra Señora e su Notario Público en la su Corte en el dicho Logar de la Casa de la Reyna a diez días del mes de nobiembre, año del Nascimiento de Ntro. Señor Jesu Christo de mil e quinientos e quatorze años... e por ende fiz aquí mi signo en testimonio de verdad, Martín de Vitoria».

 

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Las 26 fanegas y once celemines, adquiridos mediante permuta, corresponden a unos 55.000 ms. cuadrados y son los terrenos que actualmente ocupan la Huerta, la Campa, la Casa Colegio y el Campillo junto al Molino, ya comprado para entonces.

 

 

TRASLADO DE DON JUAN A PALENCIA.

 

1516

 

La plena actividad personal que están desarrollando el propio Obispo Don Juan y sus ayudantes y secretarios se ve truncada súbitamente por el nombramiento y su consecuente traslado a la Sede espiscopal de Palencia, que tiene lugar en 1516.

 

Nadie ni nada nos ha legado las razones que pudieron tener sus Superiores eclesiásticos para tomar una decisión tan súbita y tan perjudicial para el proceso de construcción del Monasterio de la Piedad... Cualquier hipótesis, que nos gustaría sin duda formular a este respecto, debería tener por base algún indicio racional que nos diera alguna luz referente al inesperado traslado a Palencia, pero lamentablemente no conocemos documento alguno que siquiera haga mención a tan desgraciado hecho para nuestro Monasterio.

 

Volvemos a perder nuevamente las huellas que la actividad de Don Juan despliega en su nueva Sede de Palencia, a quien le suponemos, sin embargo, sigue con interés los pormenores y problemas que produce una obra de la envergadura que se está realizando bajo su Patronazgo.

 

1517

 

Las crónicas de aquella época nos informan únicamente que en 1517 el Emperador Carlos V visita circunstancialmente Becerril del Campo, en Palencia, siendo acompañado a modo de escolta, a la izquierda, por el Condestable de Castilla, Don Iftigo, y por el lado derecho, por nuestro Obispo Don Juan, hermano del Condestable.

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22-IV-1519

 

 

Si bien desconocemos las razones que le movieron al Fundador Don Juan a formalizar su Testamento, podemos suponer que tal vez alguna enfermedad interna pudiera haber sido la determinante a tomar esta decisión, ya que justamente un año antes de su fallecimiento, le encontrarnos en 1519 otorgando Testamento en el Convento de Religiosos Jerónimos de la Estrella en San Asensio, hoy propiedad de los Hermanos de La Salle.

 

El texto del Archivo de¡ Monasterid de la Piedad, correspondiente a este hecho, dice textualmente así:

 

«Otorgó su lima. Testamento en el Monasterio de Jerónim¿s de la Estrella en 22 de Abril de 1519 con Bula que tenía para textar de Doce Mil Ducados de Oro de Ntro. Ssmo. Padre Julio II, subdata en Roma a 11 de Enero de 150%.

 

Ignoro la equivalencia de un ducado de oro en pesetas actuales. Se conoce por otra parte que 1 ducado castellano de principio de los años mil quinientos, equivalía a unas 500 pesetas actuales. Los 12.000 ducados de oro, que figuran en su Testamento, representan en consecuencia, cuando menos, unos 6.000.000 de pesetas.

 

Afortunadamente disponemos del texto completo del Testamento del Fundador y en consideración a la estima y utilidad que sin duda representa para la Comunidad actual, lo transcribo completo.  

 

TESTAMENTO Y CODICILO.

 

«Y porque miii cierto se debe tener entre todos los fieles cristianos que en cualquier obra que se llama el nombre de Dios, se sigue buen comienzo, mejor medio y más provechoso fin, es bien que para dalle cuenta de la Alma, llamemos al que la crió para lo que es, pues que hizo lo más en criarla y red¡, milla, haga lo que queda en salvarla mediante su Misericordia.

 

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Y así biendo que Ntro. Sr. por su Misericordia, hallende de redimimos nos dió el término de la vida para le poder pagar mediante su Misericordia las ofensas que como malos y desagradecidos le hacemos en pago del ser que nos dió y de la muerte y Pasión que por nosotros recibió.

 

Y porque nuestra muerte es inui cierta y la vida tan dudosa que continuo tiene muchos peligros y siendo el tiempo tan breve y la quenta que tenemos que dar tan larga y también porque la nueba de certificar a los nombres, el morir, es tan espantosa que muchas veces bemos personas sabias y aun de grabedad, con la tal nueba túrbanse los sentidos y cegárseles el seso y entendimiento, por lo cual no pueden disponer de los cargos en que están obligados y por esto dejan la disposición a otras personas.

 

Y porque es grande yerro que otro hará por mí después de Yo, fallando lo que Yo por mí mismo en vida no hice bien, es que los hombres dispongan de sus almas en tiempo, que en seso y entendimiento estén sin turbación y por esto Yo Don Juan de Velasco, Obispo de Palencia y Conde de Pernía, en nombre de Dios Padre, Hijo, Espíritu Santo, tres Personas y un solo Dios berdadero, que pues Dios nos quiso tanto que no solamente se satisfizo de tomar humanidad y con ella muerte por nos salbar, mas quiso a su Madre Ntra. 

 

Señora para que en todas nuestras necesidades la llamásemos y como tal medianera entre Dios, su Hijo poderoso y nosotros, nos socorriese y a quien Yo desde haora la llamo y la suplico en memoria de las llagas de su Hijo, que por ser la memoria de los hombres pequeña y el c argo que de Dios tenemos mui grande, awique Yo sea pequeño individuo y pecador, quiero rogar a él, su Hijo precioso, me dé memoria para acordarme en esta quenta de los muchos cargos que soy a Dios y a mis próximos y así mismo conocer y cernir a mi Dios en la manera y forma de esta disposición de Testamento y para que junto con esto me dé arrepentimiento de mis pecados porque, cuando en el artículo de la muerte me biere con entera contradicción, sepa pedir perdón de las muchas ofensas que le he hecho como malo y desagradecido.  

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Por ende, por esta Escritura de Testamento digo que sea manifiesto a todos cómo estando libre con mi seso, memoria, voluntad y entendimiento sin impedimento alguno en la manera siguiente:

 

Primeramente ofrezco mi Anima a Dios para que así como la crió y redimió con su preciosa sangre, la quiera salbar porque, aunque mis pecados, como es verdad, son grandes, mui maior es su misericordia y porque más cierta sea a Dios mi suplícación, tomo para que me entiendan por mis Intercesores y Abogados a los Santos y Santas que aquí diré, porque mis pecados son muchos, así pongo los Intercesores a Santo Agostín y San Jerónimo y San Gregorio, San Ambrosio, San Francisco, San Pedro, San Pablo, San Andrés, San Juan Ebangelista, Santo Tomás, San Anselmo, San Antonio, Santa Catalina de Sena, Santiago y San Lucas, juntos con la Madre de Dios para que como más testigos y aceptos a la Pasión de Jesús, haian compasión y piedad de mí, siendo Intercesores ante Jesu Christo y así mando el cuerpo a la tierra porque, como en ella ha ofendido a mi Dios, en el mismo lugar padezca estando apartado de su Alma y comido de muchos gusanos hasta el día que en aquel Juicio General y espantoso, seamos todos por Dios llamados.

 

Yteni usando de la facultad que tengo de él Nuestro mi Santo Padre Julio Segundo para testar, la qual originalmente ba dentro de esta Escriptura de Testamento, mando que, cada y quando que después de mi muerte, este mi Testamento, se abriere y publicare delante del Juez del lugar do Yo falleciere, se publique esta Escriptura de su Santidad y se autorice delante de tal Juez para que se incorpore el traslado della con el traslado que de este Testamento original se sacase en manera que haga fe.

 

Ytem mando que mi cuerpo sea sepoltado en la Capilla Maior del Monasterio de Ntra. Sra. de la Piedad que Yo hago en el Logar de la Cassa de la Reyna y que por la sepoltura que compren de Juro y de Censos treze mil marabedís e porque me digan cada día para siempre en la dicha Capilla Maior una Missa rezada por mi alma.

 

Ytem mando que sobre mi sepoltura no se ponga tumba alta sino sólo la piedra negra y en la dicha piedra se ponga unas letras esculpidas que digan: «0 Jesús no mires mis males porque no olvides tu nombre».

 

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Ytem mando que se den cada veinte y cinco reales a Ntra. Sra. de Guadalupe y de Monserrate y de Balbanera y otros cada veinte y cinco a San Agostín de Haro, Monasterio de Burgos y a la Iglesia de Santiago de Galicia y mando que en cada Iglesia de estas se gaste estos reales en aceyte y alumbrar la lámpara que está ante el Santísimo.

 

Ytem mando que se compre una heredad que rente quinientos marabedís, los cuales sean para alumbrar contínuo la lámpara del Santissimo de la Yglesia del Iogar de la Cassa de la Reyna».

 

Sigue a continuación una larga y detallada relación de mandos y donaciones a diferentes Iglesias.

 

«Ytem mando a Antonio de Xaque, mi Camarero, cien mil marabedís y que toda la Hazienda mía que es a su cargo, sea creído por su juramento sin más cuentas de las que quisiera dar porque de lo demás tengo dado fin y quito».

 

Sigue otra relación de donaciones a personas allegadas a sus Obispados.

 

«Yteni mando que se me digan cinco mil Missas, la mitad por los Frailes de los Monasterios de San Francisco del Obispado de C~orra e la otra metad en los Monasterios de la misma Orden del Obispado de Palencia».

 

«Ytem. mando porque este Monasterio esté en la autoridad que merece, quiero y es mi voluntad que el Señor que es e fuere de la Casa de Velasco y su Muger sean para siempre Patronos de este Monasterio de Ntra. Sra. de la Piedad que Yo hago... y si cumplido lo susodicho, quedare más hazienda, quiero y es mi voluntad que mi heredero lo gaste en que se acabe el Monasterio de Ntra. Sra. de la Piedad que yo hago en el Logar de la Cassa de la Reyna. La disposición de lo cual dejo libremente a mi Heredero e digo que le haga de la Orden que él quisiere con condición que sea de mujeres e no de varones».

 

No había transcurrido todavía un año de la fecha de otorgamiento de Testamento por parte del Fundador, cuando el 15 de Marzo de 1520, Don Juan, bien por haber sufrido algún ataque inesperado que sin embargo no le privó del lucimiento mental necesario, o bien, si así sucedió, porque lo tenía previsto y redactado, firmó un Codicilo o apéndice complementario a su Testamento en virtud del cual manifestaba su última voluntad, consciente de que se hallaba aquel fatal día 15 de Marzo próximo a comparecer ante su Señor.

 

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El texto del Codicilo es el siguiente:

 

«En la Villa de Castro Verde de Cerrato, de la diócesis de Palencia, a quinze días del mes de Marzo de mil e quinientos y veinte aflos en presencia de mí el Bachiller Rialmar, Notario Apostólico de la diócesis de Salamanca...

 

Otrosí dijo su Ilma. que su voluntad era que fuesen testamentarios para cumplir con su Anima y todos sus cargos y para pagar sus Legados y Mandas y todo lo demás que a la ejecución del dicho Testamento según conviene al Mui Ilustre Señor Don Iñigo Fernández de Velasco, Condestable de Castilla, su hermano, y Antonio de Xaque, su Camarero y el Licenciado Francisco de Ybarra, sus criados, a los quales dio su poder cumplido y entera voluntad.

 

Testigos e Francisco de Cáceres, criados de su Señoría el Condestable entre otros muchos quod vidimus testamur, el bachiller Rialmar».

 

En el relato del Archivo del. Monasterio se lee:

 

«Por testimonio del Bachiller García de Rialmar, Notario Apostólico, otorgó su Cobdicilo en la Villa de Castro Verde de Zerrato, Obispado de Palencia, donde se hallaba de Obispo, en 15 de Marzo de 1520 en el que se declara:

 

«Que en el Testamento que tenía hecho, abía instituido por sus herederos en cierta parte al señor Condestable y Señora Duquesa de Frías, su Mujer, lo que de nuebo aprobaba y ratificaba, pero que de los Bienes que quedaban, hacía donación al dicho Convento y de nuebo le instituía por Universal Heredero de todos sus Bienes».

 

 

MUERTE DEL FUNDADOR.

 

15-III-1520

 

Los presagios del Fundador, Don Juan, respecto a la inminencia de su muerte, se cumplieron el 15 de Marzo de forma inexorable, ya que expiró aquel mismo día.

 

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Transcurridos ya más de quinientos años de la fecha del nacimiento, 1465, del Obispo Don Juan Fernández de Velasco, me es grato ahora, tras historiar el final de su vida, intentar presentar a la actual Comunidad de Religiosas la ejemplar semblanza que de su alma trasciende en la lectura crítica de los textos de su Testamento y Codicilo.

 

Estoy haciendo un paréntesis en el relato de la Fundación del Monasterio de la Piedad, deteniéndome en la fecha de su muerte. Después de haber estudiado, investigado y extractado cuantos docunientos componen el valioso Archivo monacal hasta la fecha actual y llegado este momento me siento obligado, en aras de la verdad histórica, a exponer que tengo la impresión de que la memoria del Fundador no ha sido suficientemente valorada y justipreciada por las Comunidades que han precedido y aceptado las responsabilidades de su época y observo que esta falta de sensibilidad en valorar en su justa medida la grandeza de espíritu y la extraordinaria m agnanimidad del Fundador se hace más manifiesta entre los frailes que han asesorado e intervenido en la vida espiritual y material de las religiosas a lo largo de estos cuatrocientos sesenta y ocho años, transcurridos desde la muerte del Obispo Don Juan.

 

A medida que vaya relatando los hechos venideros, pondré de relieve esta impresión que por ahora me limito a apuntar. Opino que al historiar ahora el fruto de mi inmensa investigación del Archivo del Monasterio me considero moralmente obligado a subrayar y resaltar la sencillez y humildad de su pensamiento, su profunda piedad y devoción hacia la Madre de Dios en su advocación de Ntra. Sra. de la Piedad, su responsabilizada disposición ante la llegada de su última hora, su enorme preocupación por el futuro de su proyecto en marcha, el Monasterio de la Piedad, las sabias y prudentes medidas encaminadas a dar fin a la obra iniciada y a establecer las bases de su supervivencia futura, su resignada aceptación previa del final de sus días y la gozosa esperanza de merecer la misericordia de su Señor.

 

Podemos afirmar que al menos sus últimos veinte años han estado inspirados y dedicados preeminentemente a la Fundación del Monasterio de la Piedad. Las 17 religiosas que componen la actual Comunidad --acaba de dejamos para siempre la Madre Presentación tras su largo peregrinar de 95 años -- pueden y deben estar enormemente orgullosas de ser monjas dominicas en el Monasterio de la Piedad, merced y gracias a la magnífica obra de su Fundador.

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INHUMACION PROVISIONAL
 EN LA PARROQUIA DE SAN MARTIN

 

Los testamentarios del fallecido Don Juan, Francisco de Ibarra y Antonio de Xaque o Jaque aceleran las medidas para trasladar el cuerpo de su Señor desde Castro Verde de Cerrato hasta el Logar de la Casa de la Reyna en la Rioja, y en efecto, tres días después, el 18 del mismo mes, llegan a marchas forzadas a su Iglesia Parroquial de San Martín, donde proceden a su entie rro provisional en tanto se acaba la construcción del Monasterio, lugar definitivo para su última sepultura.

 

En la crónica del Monasterio y en relación con este hecho, se escribe en 1761:

   

18-IV-1520

 

«Y en domingo a 18 días del dicho mes y año de 1520, fue depositado su cuerpo en la Yglesia parroquial de San Martín de la Casa de la Reyna por sus testamentarios el Licenciado Francisco de Ybarra y Antonio de Xaque.

 

Y pues aunque quedó también por testamentario dicho Ifligo Fernández de Velasco, su hermano, por quanto no podía atender por sus muchas ocupaciones el cumplimiento de dicho Testamento, dejó su Ilma. corriese por quenta de los dichos Testamentarios y que tomasen toda su Hazienda y Vienes en su poder.

 

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Quienes viendo que su Ilma., aora muerto sin concluir ni dotar el Monasterio y que abiendo procurado los mejores medios para su dotación, no hallaban las suficientes para suplir las necesidades, hicieron cesión de él en el Mui Iltre. Señor Don Iñigo de Velasco, Condestable de Castilla y en la su Mui Iltre. Señora Doña Mencía de Thobar, Duquesa de Frias, su Muger, con varios pactos y condiciones según el Ilmo. lo había ordenado en su Testamento.

 

E los dichos Testamentarios a Sancho Ramires de la Bastida, Beneficiado de la dicha Parroquia de San Martín y a los otros clérigos Beneficiados de ella estando allí mucha gente así del dicho Logar como de fuera, que habían venido al enterramiento del seftor Obispo que, por quanto su Señoría por su Testamento, había mandado que su cuerpo fuese traído a la dicha Yglesia y allí fuese depositado.

 

E puesto que la sepoltura estaba abierta, que ellos, conformándose con la cláusula del Testamento, como tales testarnentarios e cabezaleros ponían e depositaban allí el cuerpo del señor Obispo para que, quando que a ellos paresciese e pluguiese como a tales testamentarios, llevar de allí e trasladar el dicho cuerpo a otra parte, lo pudiesen hacer libremente e que así de esta forma y no de otra lo ponían en aquella sepoltura que para ello estaba abierta e de como lo protestaban y decían, pidieron a Mi el Notario, se diese por testimonio y a los presentes rogaron que fuesen ellos testigos e llamados e rogados, Pero López de Aguirre, criados de su Señoría e Sancho de Esparta e Gonzalo de Cáceres y Francisco de Cáceres, criados de su Señoría e otros muchos. Lo que signé e rubriqué el bachiller Rialmar, Notario Apostólico».

 

La muerte del Fundador no debió entrañar las dificultades insalvables previstas ya que apenas transcurridos ocho años desde la colocación de la primera piedra en 1514, ahora, en el año del Señor de 1522, se procede a la bendición e inauguración, sin duda provisional, del Monasterio de la Piedad, por el electo Papa Adriano VI con ocasión de su paso por la Casa de la Reyna camino de Barcelona donde había de embarcarse hasta el puerto vaticano de Ostia y llegar finalmente a Roma para allí ser confirmado y coronado Pontífice de la Cristiandad.

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INAUGURACION DEL MONASTERIO

POR EL PAPA ADRIANO VI

 

14-III-1522

 

«El Condestable, escribe el cronista de aquel viaje papal, con los restantes magnates y con una gran multitud de gentes, acompañó al Santo Padre, en medio de un gran orden y magnificencia hasta el lugar de La Puebla y por esta razón se esforzó en rendir el mayor honor y agasajo a tan gran Pontífice. Al día siguiente, era el día treze de Marzo de mil e quinientos veinte y dos años, llegaron al Lugar de la Casa de la Reyna donde se levantaba el célebre Palacio del Condestable y en él descansó aquella noche. El día quatorce siguiente inauguró la fábrica del Monasterio e Yglesia de Ntra. Sra. de la Piedad en el dicho Logar».

 

El Condestable Don Iñigo Fernández de Velasco hizo lo necesario para finalizar en 1522 el Monasterio iniciado por su hermano el Obispo Don Juan y le agregó como dotación la magnífica hacienda que los Condestables tenían en Villalpando, provincia de Zamora. Esta hacienda de Villalpando no vuelve jarnás a ser mencionada en documento alguno posterior a la Fundación y cuando a lo largo de los 468 años de existencia del Monasterio de la Piedad se hacen varias relaciones o índices de sus per­tenencias, tampoco figura nunca esta hacienda de Villalpando.

 

Las ingentes dificultades que, para continuar y dar feliz remate a las obras del Monasterio de la Piedad, surgen a los pobres testamentarios y cabezaleros del Obispo Don Juan, están reflejados en un traslado o copia de los años mil seiscientos.

 

Era una práctica habitual efectuar traslados, o como ahora denominarnos copias, de aquellos docuinentos de excepcional importancia, que, o bien se hallaban tan deteriorados por su frecuente uso, que corrían el riesgo de desaparecer o bien porque se hacía, como todavía ahora ocurre, ininteligible su lectura y comprensión. Me estoy refiriendo a los manuscritos redactados y copiados antes de 1600, cuya lectura exige una buena dosis de práctica y de paciencia.

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Nada hay más probatorio en cualquier investigación de rigor histórico que la aportación de documentos que avalen nuestras manifestaciones o juicios de valor. Los documentos de los siglos XV y XVI sobre todo, tienen además el encanto del lenguaje y expresiones propias de aquellas épocas. Por ambas razones, son imprescindibles.

 

En el proceso de la Fundación del Monasterio de la Piedad cabe destacar cinco documentos de excepcional importancia, que enumerados en orden cronológico son:

 

-Testamento del Fundador hecho en el Monasterio de la Estrella en 1519,

 

- Capitulaciones entre los testamentarios del Obispo Don Juan, Francisco de Ybarra y Antonio de Xaque, ambos sacerdotes, y los Condestables Don Ifligo Fernández de. Velasco y su Mujer, la Duquesa de Frias, celebradas en Valladolid en 1522,

 

- Confirmación y nuevas Capitulaciones entre los Condestables, Doña Isabel de Guznián y de Velasco, su sobrina, el General de la Orden de Santo Domingo, Padre García de Loaysa y los testamentarios, Francisco de Ybarra y Antonio de Xaque, celebradas en Logroflo en 1523,

 

- Toma de posesión, en 1524, del Monasterio por el Padre Lozano, Prior de Burgos, realizada en la Casa de la Reyna, y

 

- Testamento de Doña Isabel Alonso de Guznián y Fernández de Velasco, la Fundadora, en 1524.

 

Voy a transcribir seguidamente el texto de la Carta de Contrato entre los testamentarios y los Condestables de Castilla.  

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CAPITULACIONES DE VALLADOLID.

 

22-X-1522

 

«Sepan quantos esta Carta de público instrumento de Contrato y Pacto convencional vieren cómo en la noble Villa de Valladolid a veinte y dos días del mes de Octubre del Nascimiento de ntro. Salvador Jesu Christo de mill e quinientos y veinte y dos años, en presencia de Mí, Juan del Castillo, Escribano desta cesárea y cathólica Magestad, parecieron presentes de la una parte el Mui Ilustre Señor Don Ifligo Fernández de Velasco, Conde Estable de Castilla y la Duquesa de Frias, la Mui Ilustre Señora Doña María de Tobar, su muger, y de la otra el Licenciado Francisco de Ybarra, vezino de la Villa de Eibar ques en la provincia de Guipúzcua y Antonio de Xaque, clérigo de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, Testamentarios del Ilustrísimo Señor Don Juan de Velasco, Obispo de Palencia y Conde de Pernía, difunto que en gloria sea, por virtud de una cláusula en el Testamento y Codecilo contenida.

 

Y luego que los dichos Licenciados Ybarra y Xaque que por quanto el dicho Obispo su Señor hacía un Monasterio en el Logar de la Casa de la Reyna ques de la Diócesis de Calaborra a servicio de Dios y a honor de su Bendita Madre, poniéndole por nombre ntra. Sra. de la Piedad úara que obíesse Piedad de su Anima y Remissión de sus pecados por los méritos de su Sacratísima Passión y para que perpetuamente fuesse alabado'y ensalzado su santo Nombre y poblado el dicho Monasterio de Religiosas Monjas, según que a los dichos Testamentarios bien visto les fuesse y antes quel dicho Monasterio se acabasse de edificar e de dotar, fue la voluntad de ntro. Señor de lo llevar a su Santa Gloria, remitiendo el dicho Monasterio a los Testamentarios y ellos conformándose con su voluntad final quel Monasterio obiesse de ser de Religiosas y no de otra manera y consíderando la construcción y hedificación y dotación del Monasterio no había quien tan congruentemente lo hiciese y las necesidades del Monasterio las pudiese suplir como sus Señorías los Condestables, puesto que ellos, Francisco de Ybarra y Antonio de Xaque, abían procurado y trabajado por remediar el Monasterio e no hallaban tan entero remedio para suplir sus necesidades como son sus Señorías de su propia y espontánea voluntad.

 

Y dijeron le otorgaban y otorgaron los Capítulos y Pactos convencionales a buena fe, sin mal engaño en la manera que sigue:

 

Primeramente fue asentado entre sus Señorías y los dichos  Francisco de Ybarra y Antonio de Xaque, siguiendo la voluntad del Señor Obispo, quel propio nombre deste Monasterio para siempre sea el Monasterio de Nuestra Señora de la Piedad, ques el nombre que desde el principio de la Fundación le puso el Señor Obispo construydor e fundador del Monasterio y ansí acordaron y dijeron que se llamase.

 

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Otrosí quedó asentado entre sus Señorías y los Testamentarios queste Monasterio se aya de poblar y se pueble para agora y para siempre jamás de Monjas religiosas de la Orden que a sus Señorías bien visto fuese.

 

Otrosí quedó asentado que el Señor Condestable y la Sra. Duquesa y sus subcesores en la Cassa y Mayorazgo de Velasco sean Señores y Patronos del Monasterio perpetuamente desde agora para siempre jamás y que desde luego lo ayan de tomar y lo tomen por suyo para le poblar de Monjas Religiosas y los Testamentarios desde luego dan y entregan a sus Señorías la Possesión Real actual vel quasi dél y en todo lo que de aquí en adelante hicieren y negociaren y procuraren en el edificio y cosa y negocio del Monasterio... y se constituyen por Posehedores y sus Señorías dijeron que así lo aceptaban y recivían y que en onor y alabanza de Dios ntr. Señor y de su gloriosa Madre, para dotación del Monasterio de la Piedad le hacían e hicieron Donación pura e yrrevocable, que dicha entre vivos, de todos los bienes y hacienda, muebles y Rayces e casas, huertas, herrañales, tierras de pan llevar, palomares, prados e viñas, censos y pan de renta, títulos, derechos y acciones y todas las otras cosas que fueron de Bemardino de Valbuena, vezino de la Villa de Villalpando, desde la piedra del río hasta la hoja del monte, según les pertenece... la qual Donación de los bienes y hacienda de Bernardino dijeron que hacían e hicieron desde agora para siempre jamás y de los frutos y rentas se constituían por posehedores en nombre del Monasterio de la Piedad.

 

Otrosí fue convenido y asentado que sus Señorías ayan de poner y pongan Monjas en el Monasterio dentro de tres años primeros siguientes y que dentro de dos meses después que en el Monasterio obiesse Monjas, el cuerpo del Señor Obispo que está depositado en la Yglesia de San Martín de dicho Logar, sea trasladado al Monasterio y se sepulte en la Capilla Maior del Monasterio en la parte más convenible a donde sus Señorías bien visto fuere, lo qual se remita a la libre voluntad y disposición de sus Señorías para que lo manden hacer como quien sus Señorías son y la persona del Señor Obispo merezca y manden hacer la sepoltura del Señor Obispo decente y conforme a su Testamento.

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Otrosí quedó asentado y convenido que el día quel cuerpo y huessos del Señor Obispo fueren trasladados de la Iglesia parrochial de San Martín al Monasterio y Capilla, se le diga perpetuarnente para siempre jamás una Missa de Requiem cada día, excepto que los días de Pasqua y domingos y días de Ntra. Seflora y Apóstoles y otras fiestas solemnes en el Altar Maior de la Capilla con su Colecta pro defuntis y acabada la Missa, el Preste diga un Responso sobre su Sepoltura y sus Señorías asientan la dotación de lo que mereciere esta Capellanía sobre la dotación hasta que sea señalada o situada en otra parte que esté segura y bien dotada y que sus Señorías no darán ni entregarán el Monasterio sin que la Abadesa, Monjas y Convento, que fueren, se encarguen de decir la dicha Capellanía perpetuamente como dicho es.

 

Yten quedó asentado y concertado que en vida de sus Señorías no aya más número de Religiosas en el Monasterio que las que sus Señorías quisieren poner y después de sus largos días, aya de aber en el Monasterio cierto número de Religiosas quantas honestamente se pudieren sustentar con la dotación que sus Señorías dejen y el número de las Monjas sea a voluntad de sus Señorías en la manera susodicha y si casso fuere que las rentas de dotación y grangería del Monasterio creciere, crezca asimismo el número de Monjas a voluntad de sus Señorías como dicho es.

 

Otrosí dijeron después de sus largos días de sus Señorías, sean Patrones perpetuamente del Monasterio los Señores que subcedieren en el estado y Mayorazgo de la Cassa de Velasco y ansi en esto y en lo demás se guarde y cumpla la voluntad del Señor Obispo según por su Testamento y Codicilo se contiene y dijeron sus Señorías que prometían y prometieron por firme y solemne esta Capitulación...

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Testigos que fueron y vieron otorgar lo susodicho: Don Diego de Huidobro, Abad de Berlanga y Cobarrubias y Francisco de Brihuela, criados de sus Señorías y los dichos Señores Conde Estable y Duquesa y Licenciado Ybarra y Xaque otorgantes lo firmaron de sus nombres en el Registro de esta Escriptura, según ante Mí passó y por ende fize aqui este signo en testimonio de verdad, Juan de Castillo».

 

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Réalisée le 24 janvier 2005  André Cochet
Mise sur le Web le  30 janvier 2005

Christian Flages

Club Informatique de Pujols sur Ciron.
33210.   France.